La voz del silencio

Puse mis ojos en ti, obediente mi corazón, les siguió. Deseé con todas mis fuerzas, robarme tus besos, tus abrazos, quise que fueran míos, sólo míos y mi amor te convenció. Tan lento...despacito, fuiste entrando, me fuiste enamorando, no fui yo quien te cautivó, fuiste tú, quien todo de mi se llevó, mi cautiverio son tus brazos, mis besos los tienes a tu antojo, y mi corazón, late a tu ritmo, todo por poner en tí, mis ojos. Q uise robarme todo de tí, y en tu prisionera,  me convertí.

Pregonando a los cuatro vientos, un beso volátil y firme a la vez, en busca de tus labios, escondidos en la imagen, celosamente, guardada en mis pensamientos. Entre tanto, u n suspiro que reclama, en infinitas ganas, confundirse con el tuyo, encendiendo llamas, que sólo  apagarían, tus agitadas manos. A los cuatro vientos clama, mi sed de ti, deseando beber, de tu oasis . Sa cia a este ser, que sólo por ti escribe, cada letra, es un grito, de ansia innegable, beber de tus besos . P ues mi beso te busca, continúamente exclama, cuando  en medio de la noche, cómplice y callada, de mi mente se escapa, y sólo reposa en mis sueños, cuando en ellos, tu boca encuentra, y plasma ndose en tus labios, dibujado queda. Y despierto ...despierto sonriente, con mi beso en ti, esperando te despiertes, pensando siempre en mi. Mientras duermo, mi beso te busca. Nancy.

Cansado de quererte, despierta hoy mi corazón, tanto tiempo durmió, soñando, ahogado en ilusión. Quiso lograr enamorarte, pero ahora, ya con el deseo gastado, de siempre cotejarte, la esperanza de tenerte, respira a pocas ganas. Cansado y mal herido, entrecortada su voz en su débil latido, aún pronuncia tu nombre, y su motivo esta vez, es echarte al olvido. Lejos de todo ese deseo, hecho fantasía, razonando su locura, quizá lo logre un día, el tiempo será su cura . ............ Má s vuelve y suena , uno...dos  golpes, pum , pum, y te encuentro, d entro , muy dentro mío, luces tan brillante, se despierta mi amor por ti, es rojo su vestido, rojo color sangre... titilan mis ojos como estrellas, me olvido de olvidarte, en este corazón, sus fuerzas se renuevan, pues sigues siendo tú, la razón de su más lindo sentir, sigues allí, cual si fueses tú, por siempre, su luz.

Cuando cesen mis palabras, y no escuches el eco de mi voz, cuando se apague la canción, y la noche apague al sol. Recuérdame. Cuando mires los jardines, las flores te hablarán, te dirán que como a ellas, siempre te miré,  su color ante ti, con el sol irradiarán, aquellas, que ya están marchitas, mi mirada te entregarán. Recuérdame. C uando escuches al turpial, una serenata te dará, cada madrugada,  en tu ventana cantará, con arruyo de tenor, tu mañana alegrará. Recuérdame. Cuando escuches la canción, que con promesa te canté, aquella que dice, que por siempre te amaré, esa, entre muchas, que con el corazón, te dediqué. Recuérdame. Con cada letra que escribí, con amor del alma,  mi puño la trazó, con alegría o tristeza, con melancolía o dolor, fue todo lo que sentí, por ti, mi corazón. Recuérdame. Como esa persona  que en silencio te amó, en medio lo ireal, lo más cierto te entrgó, su puro y cristalino amor, que ningún intento, por destruirlo,